domingo, 5 de julio de 2015

Gracias. Gracias de todo corazón.

¿Por qué esperar a darlas si ya se merecen?


Escribo desde la convicción de que el futuro es incierto, que mi pasado es un remolino de cosas buenas y malas, pero el presente eres tú.


Y eres un presente en forma de regalo.


Y como todo buen regalo quiero abrirlo y disfrutar con él todo el tiempo que dure.



Un presente al que le doy las gracias.


sábado, 25 de octubre de 2014

Y escribiré todos los días...

Craso error. Parece que no me conozca a mí mismo, soy voluble como el viento…

El hacerme creer que iba a tener la fuerza de voluntad y la creatividad de hacer un Blogg con cositas buenas a diario fue una mentira. Y aquí estoy un año después para reafirmarme en el hecho. Y a lo hecho pecho.

Realidad contra ficción, creer al menos que sigo estando aquí, que sigo igual de loco que siempre o quizá algo más. Y esta vez sí, esta vez lo prometo… escribiré todos los… JAJAJAJAJA

No soy tan bueno como para creerme eso, pero tampoco hay que ser tan voluble y todas las cosas hay que terminarlas. Y esta entrada no va a ser menos; así que la voy a terminar a lo grande. Algo que muy pocos han leído y que compartiré para todo aquel que quiera de su opinión… Así comienza mi relato:

1.

 Y despertó… Allí tirado, temblando y tiritando, no se sabe si por el frío o por esa extraña sensación de miedo que había surgido de sus pesadillas, el caso es que tenía el aspecto de una alimaña acorralada por su depredador natural, desorientado y mareado por el ajetreo de la noche, tenía el pelo sobre la cara, pero no sobre sus ojos, como si los pequeños seres de la noche se lo hubieran colocado, como si quisieran que no pudiera dejar de observarlos, encorvado y acuclillado en una deleznable posición junto a la puerta que da a su habitación, un cuchitril de la posada más famosa, por infame, del pueblo; “La garra del cuervo” así se llamaba dicha posada, pero se la conocía como “La pezuña del puerco”, desde fuera se podía oír la música, el jolgorio y la gente cantando y bailando, en las ventanas del piso de arriba, que daba a las habitaciones, parejas descuidadas se dejaban entrever en cueros y posturas dignas de animales salvajes.

Hasta ahí, una posada normal, pero la razón de su sobrenombre se entendía cuando uno se adentraba en el edificio, lo que en el exterior era música dentro era un ruido que se enmascaraba entre gritos y discusiones de malhechores, mercenarios y fulanas que apestaban a alcohol o a fuertes fragancias y que tapaban susurros y conspiraciones de los verdaderos profesionales que hacían sus negocios en los rincones más oscuros de la sala. El piso de arriba simplemente era una burdo circo de mujeres y hombres, lo que desde fuera se imaginaba como un descuido, dentro era una realidad palpable, de echo recién despertó nuestro taimado personaje se encontró de frente con dos turgentes senos bañados en sudor que se movían al compás del embate de un hombre moreno y fornido, la mujer le sonrió, se pasó la lengua por los labios y se le escapó un tenue gemido, seguidamente la pareja se precipitó a la puerta que daba enfrente de la suya y se olvidó de cerrarla.

- ¿Qué ha pasado? Siento que me va a estallar la cabeza, no recuerdo haber bebido nada y vuelvo a tener estas horribles pesadillas… he de encontrarme con mis compañeros -Se llevó la mano derecha a la frente, pasó los dedos por su empapado flequillo y se lo retiró de la frente, seguidamente ajusto sus gafas sobre su nariz, hizo apoyo de su mano libre para ponerse en pie, no sin antes apartar una bota olvidada por algún desconocido. Hecho mano a su bolsillo y encontró lo que andaba buscando, se dio la vuelta sacó la llave de su pantalón, abrió, entró y cerró la puerta tras de sí.

La habitación estaba bien ventilada, tenía un gran ventanal y se encontraba abierto, no recordaba haberlo dejado así, aunque no recordaba nada de lo que había ocurrido esa noche, no le dio mayor importancia, alguno de sus compañeros la habría dejado así; corría una suave y agradable brisa, mientras sus ojos se acostumbraban a la visión de la habitación y sus oídos aún palpitaban por el extraño despertar y el tumulto del pasillo, el hedor del corredor que acababa de dejar tras la puerta había dejado otro olor, un aroma que le resultaba familiar, uno de mujer, advirtió de que no se encontraba solo en su habitación.

- Hola mi príncipe -dijo la silueta, bajo la tenue luz de la luna que entraba por las roídas cortinas de su habitación- ¿Por qué estás tan sudado? Aún no he puesto una mano sobre ti –dijo mientras reía inocentemente.

La voz le resultaba familiar; era la de Bea, una de las más famosas asesinas de todo Zaelyss. Allí tumbada sobre su cama yacía una mujer morena de ojos azules, unos ojos que le habían permitido hacerse un sobrenombre en el gremio al que pertenecía; “Bea, la viuda negra”, muchos eran los hombres que habían pasado por su lecho y no habían despertado para contarlo, llevaba puesto su traje de gala; un corsé negro con delicados bordados y un entramado de varillas, que asemejaban el exoesqueleto de un arácnido, del que florecían dos sugerentes pechos, un pantalón de cuero que dibujaba con claridad su exuberante silueta y que daba a entender que no portaba más arma que las que sus sinuosas curvas de mujer le permitían y unas botas negras de aguja.

- Hola Bea –dijo fría y secamente- ¿no tendrás tu nada que ver con que yo esté así?

- ¿De qué se me acusa? –Dijo con tono infantil- Soy una arañita buena –se deshizo de la postura sensual que tenía sobre la cama, y comenzó a incorporarse lentamente.

- ¿A cuántos hombres les has dicho eso antes de darles muerte? – mientras decía esto empezó a acercar su mano disimuladamente al colgante de plata que le colgaba del cuello.
De pronto la mujer dio tal impulso que al pequeño hombre no le dio tiempo ni a sobresaltarse, no estaba en condiciones, la profesional ya había agarrado su brazo, lo había cruzado por el cuello del joven y en su mano libre sujetaba una aguja de 20 cm con la que le había hecho un punto de sangre en la sien.

-Tranquilo Shiro –dijo ella despacio- No tengo nada que ver con tú estado, aunque me hubiera gustado… –dejó la frase en el aire mientras besaba su cuello- Y no estoy aquí para hacerte ningún mal, ni para darte ningún placer –bruscamente soltó al joven y con la misma rapidez que se había movido llegó hasta la cama, y se dejó caer de forma tan grácil como lo haría una telaraña sobre un pañuelo de seda.

- ¿Y qué te trae hasta aquí querida Bea?, ¿Qué asunto me honra con tu presencia? -dijo con la mente todavía turbia denotando un señalado malestar frente a la situación- Las arañas no salen de sus agujeros si no es por alguna razón.

-Es simple, –decía a la vez que le mostraba una bella sonrisa, ensayada multitud de veces- me quiero unir a tu grupo.

-Jajajajaja, ¿qué grupo?, ¿Cuánta gente ves tú aquí? No me hagas reír Beatriz.

-Llámame Bea querido.

- Bea nos hemos cruzado en varias ocasiones, que vengas tú aquí ofreciéndome tus servicios y no quieras nada en absoluto me resulta un tanto peculiar. ¿Cuándo has adquirido ese sentido del compañerismo?

- Muy recientemente –dijo mientras le guiñaba un ojo.

- Y qué pasaría si te diera la respuesta que daría un hombre sensato ante tu proposición… En mi grupo no hay plaza vacante preciosa.

- Tú nunca has sido un hombre sensato, pequeño Shiro, y aunque lo fueras no puedes negarme lo que te pido, no en tu situación, piénsalo yo conozco esta ciudad mejor que nadie –y mientras acababa la frase la asesina se dejó caer hacia la noche, Shiro se apresuró hasta la ventana, vislumbró como con una grácil pirueta se apoyaba sobre el poste del que colgaba el título “La garra del cuervo”, saltaba hacia la oscuridad del callejón que se formaba entre las dos casas de enfrente y antes de entrar en la penumbra, se giró y sonriendo susurró- y has de encontrar a tus compañeros .

Y allí con la mente todavía revuelta, y tras vomitar en un rincón de la habitación, se echó sobre la cama pensando que entre sus compañeros se encontraba su hermana menor, y se lamentó de no haber heredado una pizca de sensatez como ella, le hubiera ahorrado algún que otro lío.

Por primera vez desde que entró en la habitación se paró a echar un vistazo, era una auténtica pocilga, en las paredes se empezaba a acumular moho por la humedad, había manchas de sangre y de otra índole que no se paró a intentar descifrar; del armario colgaba una de las puertas que en la época dorada de la posada, seguramente los primeros días de apertura, tenía en su frontal un espejo, ahora solamente había una masa de resina solidificada; por último miró al techo, una viga de madera sostenía el tejado sobre la habitación, le resultó extraño que estuviera intacto, con todo esto pensó que la posada al menos era sólida. Se recostó en su almohada y soltó una sonora carcajada.

No le preocupaba realmente la situación, se le antojaba divertida; todos y cada uno de sus acompañantes sabían cuidarse solos, pero era cierto, necesitaba encontrarlos y le picaba la curiosidad de lo que esa mujer se traía entre manos, le pesara o no debía aceptar su proposición, si ella tenía alguna información la necesitaba, pero como la localizaría… Se sintió estúpido, ya conocía la respuesta; él no tenía que encontrarla, ella se dejaría ver. Ya había trazado sus hilos y al mínimo movimiento que él hiciera para ir en su busca, la asesina aparecería, así funcionaban las arañas, un halcón debería de saberlo…

Con este pensamiento Shirowashi, que así se hacía llamar el joven, manteniendo la mano cerca de su colgante cayó en el abrazo reparador del sueño. 

jueves, 28 de noviembre de 2013

Paletos Catedráticos.

Hoy traigo una reseña de mi Fotolog... De hace la tira de tiempo, fijarse si tiene tiempo que aún existía MSN. Pero lo mismo da, es verlo y me entra una alegría tonta, esa que te viene cuando sabes que has elegido a los amigos correctos, y es que este señor es como mi hermano. He aquí dicha entrada:

Como llamar a esto, conversación de frikis, rayados, luchadores, locos, desesperados. No, es una conversación normal de msn entre amigos, sí, somos capaces de tocar temas tan profundos. Y pensaréis, que gente tan capaz, que inteligencia la suya. Pues debéis saber que somos dos muchachos de "pueblo". Me gusto mucho esta conversación, porque los dos estamos en momentos delicados y esto es una forma de tratar un tema que nos toca a los dos, pero como cogiendo la circunvalación. Este es el fragmento:

Marcos dice:
El cine y la música me están ayudando mucho, además de contar contigo
Matías dice:
Además de verdad
Si no fuera por esas 2... Donde estaríamos
jajajaja
Marcos dice:
Nunca había oído tanta música ni visto tanto cine, ahora me estoy empapando de eso.
Matías dice:
Son las únicas que nos quieren la música y la cine
Jajajaja, mellizas
Marcos dice:
Ojala las hubiera conocido antes, que una te alegra la vista y la otra te come la oreja.
Que gran definición xD
Matías dice:
jajajaja
Pues sí.



Ambas cosas nos están ayudando mucho a los dos, y se nota, creo que ambos lo notamos. Porque no me equivoco, ¿verdad? ;)

Yo me atreví a darle un nombre a esta sutil conversación, y por ende a nosotros mismos, "Los paletos catedráticos". Es un poco atrevida, la gente pensará...¿Quién se han creído que son?. A nosotros nos da igual, y como ambos diríamos, y tengo que decir que es una frase de muchachada nuí.

"Que os dais cuenta que hablamos distinto, a lo mejor.
Y a lo mejor os quedáis así mirando...
Que a lo mejor os pensáis que somos tontos...
Y a lo mejor lo que pasa es que os lleváis una ¡¡ostia!!"


Gracias muchacho.


Hasta aquí la reseña, pero ahora añadiré más. Y es que desde entonces todo este buen rollo, esta forma de pensar y esas cosas buenas hemos seguido aplicándolas a nuestro día a día. Y visto desde ese prisma todo es mucho mejor, así que supongo que "semos" menos paletos y "más mejores" catedráticos. Lo que seguimos siendo es dos grandísimos amigos. Así que de nuevo agradecimientos.

Thank you Bro!


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un corazón

¿Cuántos corazones habéis dibujado a lo largo de vuestra vida? O mejor dicho; ¿cuántas nalgas o culos que se cierran sobre si mismos? Y si eso que parece un espectacular culo (todo depende del empeño que pongáis en dibujarlo bien) es un corazón, el amor se entendería de dos maneras, ¿no?


O es estrecho, apretado y cálido o es un marrón. O tal vez puede que un poco de las dos… 

Saquen sus propias conclusiones señores y señoritas. 



martes, 26 de noviembre de 2013

Cuando sale el sol…

Se me vienen a la mente varias cuestiones a estas horas, he de darle las gracias a mi mente despierta el poder estar aquí lúcido y preguntándome gilipolleces como estas, a escasas horas de que estas cuestiones, que se dan por sabidas, ocurran.

La primera de todas es de carácter curioso, que cualquier niño ávido de conocimiento o simplemente en su etapa de máxima absorción, llamemos al fenómeno “la esponjosidad” del chicuelo, se vendría a preguntar, y la pregunta es:

¿Por qué el sol sale por el este?

Y aquí viene el primer chasco o decepción, el sol no sale por el este siempre, solamente lo hace dos días al año, señalados eso sí, y conocidos como equinoccios, cuando el día y la noche duran exactamente lo mismo. Pero ahí no queda la cosa, es más triste todavía, ya que el este no existe… Simplemente nosotros le hemos puesto nombre. Y no es que el sol salga por el este, sino que el este es por donde sale el sol.

El este eras tú, y ahora no sé dónde mirar…

Vayamos con la segunda pregunta, esta es de carácter más profundo, de trago de whisky y amplia inspiración, no nos confundamos,  no quiere decir que haya bajado una musa y se haya posado delicada y suavemente en nuestro regazo, me refiero a que hemos tomado con sobriedad y algo de desasosiego, una buena bocanada de aire para hinchar nuestros pulmones. Aclarado esto, iré al grano:

¿Por qué el momento de la salida del sol es el más frío de la noche?

Yo que soy un enamorado del sentimentalismo, de la lírica y de la vida, todo ello en conjunto, me convierte en un gilipollas, muy a mi pesar; pienso: Quien ha podido ser el (hijo de puta) que en uno de los momentos en el que más nos deberíamos de calentar  haga que sea cuando más frío tenemos. Enamorado que soy yo de pensar cosas profundas, pienso que somos nosotros mismos, que al ver salir el sol calentamos nuestro corazón con el resto del cuerpo.

Que iluso puedo llegar a ser, y que equivocados podemos estar todos, no es que sea cuando más frío hace, sino simplemente es el final de ese frío que nos ha ido dejando esa noche, que no se quiere ir, que ha ido enfriando la superficie terrestre  y nos ha robado el calor del día.

Y un amanecer sin ti es mucho más frío…

No se me ocurren más preguntas, y después de que un curioso como yo, que puede llegar a ser muy sentimental, pero que su espíritu científico haga que lo bonito se convierta en crudo y que lo imaginario se convierta en real, alguien como yo solo puede acabar esto de una forma profunda y llena de pasión.

Y es que yo, soy como el sol. Todas las noches me pongo.


P.D. Buenos Días, uno que se va a dormir.

martes, 19 de noviembre de 2013

The Show Must Go On

Cuando por fin la noche se dio por vencida ahí estaba yo para recordarle que aún era temprano.

No soy el único que se casa con las estrellas y que se ve a escondidas con la luna,  espero encontrar a gente de sueño frágil y almas fuertes que se identifiquen conmigo.

Tenía que volver, el espectáculo debe continuar.

Algo debía hacer para que las palabras no se quedaran en el tintero y no fueran a parar al oscuro cielo.

Y que mejor que una luna llena para darme la bienvenida.