Cuando
por fin la noche se dio por vencida ahí estaba yo para recordarle que aún era
temprano.
No soy
el único que se casa con las estrellas y que se ve a escondidas con la
luna, espero encontrar a gente de sueño
frágil y almas fuertes que se identifiquen conmigo.
Tenía
que volver, el espectáculo debe continuar.
Algo debía
hacer para que las palabras no se quedaran en el tintero y no fueran a parar al
oscuro cielo.
Y que mejor que una luna llena para darme la bienvenida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario